viernes, 19 de marzo de 2010

LA MEDITACIÓN EN LA RESPIRACIÓN:

“Sin ir a ninguna parte. Como si te estuvieras durmiendo despierto,

Estás despierto y estás relajado, pero todo tu cuerpo se está durmiendo.


Tú permaneces alerta por dentro, pero todo el cuerpo entra en una profunda relajación.

La meditación es una aventura, una aventura en lo desconocido, la mayor aventura que pueda tomar la mente humana…La meditación es simplemente ser, sin hacer nada, ninguna acción, ningún pensamiento, ninguna emoción. Simplemente eres. Y es un puro deleite. ¿De dónde viene este deleite cuando no estás haciendo nada? Viene de ninguna parte, o viene de todas partes. No tiene causa porque la existencia está hecha del material que llamamos alegría.


Si aunque sea por un solo momento no haces nada y estás simplemente en tu centro, completamente relajado, eso es meditación. Y una vez que hayas comprendido esto, puedes permanecer en ese estado todo el tiempo que quieras. Al final, puedes permanecer en ese estado las veinticuatro horas del día.”



OSHO


Al respirar correcta y conscientemente, se logra purificar al organismo, liberándolo de las impurezas e incorporando una mayor cantidad de oxígeno. Y al mismo tiempo que obtenemos esos beneficios físicos, estamos desarrollando la concentración y logrando el silencio interior.

En ese momento, el cuerpo se siente en clama, confortable y estimulado por esta brisa interior que lo baña.


QUEDARSE ASÍ, CENTRADOS EN LA RESPIRACIÓN YA ES EN SÍ, MEDITACIÓN.

Cuando llevamos la atención a la respiración, estamos influyendo sutilmente en los estados de consciencia.


La respiración lenta y calmada origina estados mentales cada vez más armoniosos y tranquilos, y por eso la mayoría de las tradiciones espirituales incluyen algún tipo de control de la respiración.

La MEDITACIÓN CENTRADA EN LA RESPIRACIÓN recibe el nombre de ANAPANA – SATI y es tan estimada por la tradición budista, que la considera la puerta de la ILUMINACIÓN.


En ella, la persona está atenta o consciente del movimiento respiratorio producido por la inhalación y la exhalación. Inhalar con plena atención y exhalar con plena atención, así la respiración se vuelve calmada y tranquila, transmitiendo ese estado a la totalidad del cuerpo y a la mente.




A través de la simple respiración podemos aprender a tener control de nuestras emociones y así aprender a estar en nuestro centro.



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