En un grupo, cada niño o adulto que lo integra es un alma individual y única que al enlazarse con las otras almas configuran una totalidad mayor que es el alma grupal. Cada grupo es diferente y único, así como lo es cada ser humano.
Así como cada participante actúa sobre la dinámica del grupo, este ultimo también atraviesa a cada uno de los seres que lo conforman, nutriéndolo y enriqueciéndolo.
De ahí la importancia de los grupos, para funcionar debe constituirse en una matriz, un nido que nos cobije y alimente.
Nace la conciencia de un nosotros más allá de un yo
.
El terapeuta tiene la misión de desarrollar la sensibilidad de contactar con cada almita vehiculizando todas las herramientas, recursos y estrategias necesarias que permitan activar las potencialidades que habitan en cada ser. Nace un dialogo de corazón a corazón, una danza de almas, un decir sin palabras.
FABIANA
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