domingo, 25 de marzo de 2012

Un Viaje Sagrado a través del Sagrado Lago Titikaka - Parte I


El Lago Titikaka es un cuerpo de agua ubicado en la meseta del  Callao en los Andes Centrales a una altura promedio de 3812 metros sobre el nivel del mar, entre los territorios de BOLIVIA  y PERÚ. Es el lago navegable más alto del mundo y ocupa el puesto 19 a nivel mundial en superficie.

Partimos allí en diciembre de 2011 junto a mi amiga Adriana para participar del Primer Taller Holístico para la Nueva Educación que se realizaría en la Isla del Sol (isla perteneciente al  Lago Titikaka).  Los mismos estuvieron a cargo de Noemí  Paymal  y Oscar Senmache.
Llegamos a participar 33 personas de 9 países diferentes.
Navegar en sus aguas cristalinas y vivir en la Isla del Sol (aún por pocos días) es una experiencia única  que te reconecta a lo ancestral, en este caso a la sabiduría incaica. Esa es la sabiduría  que reclama despertar desde las mismas profundidades de la Tierra.
La Tierra es un Gran Ser Vivo, tiene sus chakras, ella se está transformando camino hacia la cuarta y quinta dimensiones. Y nosotros sus hijos estamos llamados a hacerlo con ella. Somos como árboles y tenemos que enraizarnos  firmemente en la tierra, centrados en nuestro corazón expandir nuestros brazos o ramas hacia el Cielo.
En los tiempos que corren dirigirnos a los lugares sagrados o centros de poder de la Madre Tierra nos permite enraizarnos con ella, experimentar  y sentir sus raíces más profundas.
Vivir por unos pocos días en el lago, me hizo sentir la felicidad de estar en conexión con una alta vibración, prescindiendo de hasta una ducha. Vivíamos en una casita de barro precaria, con frío pero el amor de la gente lugareña te hacía sentir cuidada. La dueña Alicia cocinaba unas comidas riquísimas en una cocina de barro y paja muy rudimentaria. Hasta me bañé en una casilla de barro, mientras Alicia y su hija me tiraban de arriba unos bidones  de agua.
Pese a las incomodidades de tener pocos baños, tener que compartirlos con tantas personas, mi corazón estaba pleno y feliz; una experiencia que quedará grabada en mí para siempre. No hay palabras para describir qué se siente estar  en un lugar donde estás en resonancia, es  saber que has regresado de nuevo a casa.

Con Amor, Fabiana

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